BUSCADORES DE BELLEZA

Una de las preocupaciones del hombre desde el principio de los tiempos - como el amor, Dios o la muerte - es la búsqueda de la belleza. En la exactitud y en la proporción estaba para los griegos el canon de belleza, y ese ideal ha variado con los milenios, pero aún hoy seguimos tras su estela persiguiéndola obcecadamente. La belleza ejerce su terapia implacable: proporciona paz, trabaja como un bálsamo, apacigua el alma, inyecta fuerza y energía, inspira, ayuda a vivir, y el deseo de su posesión sigue moviendo el mundo.
Ahora la belleza se practica de otra forma (en ocasiones es imperfecta, extraña y hasta desgarrada, menos complaciente), pero no hemos dejado de correr tras su rastro como lo hicieron Fidias, los Médicis, Madame de Pompadour, los sultanes otomanos y tantos otros.